La utilización de materiales radiactivos en el ámbito de la medicina representa
una herramienta con ventajas que no poseen las técnicas convencionales de diagnóstico
y terapia. En el primer caso, los materiales radiactivos permiten a los médicos
detectar padecimientos con mucha precisión, que no sería posible ver por otras
técnicas. En otros casos, los radiofármacos utilizados con fines de terapia son
capaces de acumularse específicamente en órganos o tejidos de interés a fin de
que fuente radiactiva, destruyan de manera total el tejido enfermo, como es el
caso de algunos tejidos cancerígenos.
Entre los estudios de diagnóstico realizados por medio de la medicina nuclear se
encuentra la obtención de imágenes dinámicas o estáticas del organismo, la
evaluación de procesos patológicos y la realización de estudios de metabolismo
in vivo, por medio de la unión de un radioisótopo a una molécula orgánica o
inorgánica que se dirige selectivamente al órgano blanco o que se incorpora al
proceso metabólico o fisiológico.
Estas son algunas imágenes obtenidas con fármacos que produce el ININ con fines de diagnósticos o terapia:
¿Es peligrosa la medicina nuclear?
No. Los estudios con medicina nuclear no son peligrosos por que las cantidades de material radiactivo que se utilizan son muy pequeñas.
En México existen instalaciones especiales y personal altamente capacitado para el manejo adecuado de la medicina nuclear.
¿En México se produce medicina
nuclear?
En México, el Instituto Nacional de Investigaciones Nucleares (ININ)
produce materiales radiactivos para medicina nuclear desde los años
sesenta.
Fue en 2001 cuando en el ININ se abre una nueva instalación dedicada a la medicina
nuclear, la Planta de Producción de Radioisótopos más moderna y
segura de América Latina, que en la actualidad opera bajo la certificación
ISO 9001:2008.
El ININ comercializa los principales radiofármacos de primera y segunda generación, y trabaja en la investigación y el desarrollo de moléculas biológicamente activas que coordinadas a radionúclidos, presenten un alto reconocimiento in vivo por receptores específicos, es decir compuestos de “tercera generación” con tecnología propia.
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